domingo, 18 de junio de 2017

Computerspielemuseum

Quiero compartir con vosotros una grata sorpresa que descubrí de manera casual en Berlín. El Computerspielemuseum. No sabía de su existencia. Un solo día antes de partir de viaje pensando que Berlín era una gran ciudad y que Alemania destacaba por la técnica me cuestioné a mí mismo que tenía que existir algún retro museo de computación. Acto seguido simplemente busqué en Google ”Berlín museos retro” y voilà ahí apareció para disgusto de mi acompañante que no le agrada la retro computación y menos de viaje.....



El Museo se encuentra ubicado en una Avenida llamada Karl-Marx-Allee 93. Es inmensa y
sobrecogedora. No es una zona turística y la sensación de tanto espacio, con tanta tranquilidad y una atmosfera de sector post-soviético, letreros con el nombre parecido al de Molotov (primer ministro soviético de la guerra fría 1.0) en lo alto de los edificios me ponía ya cachondo camino al museo. Me refiero a que se me hacía raro salir de la zona turística y pasear en ese ambiente de camino a un museo que contenía mi mayor hobby en pleno Berlín. A mi acompañante no le hacía ninguna gracia. Nos alejábamos de Marien Plazt etc. Y nos introducíamos en las avenidas de la guerra fría 1.0




Cuando llegamos la sorpresa fue muy muy agradable. Pasamos del frío al calor del interior del museo. Solo entrar te encuentras con un Retrato del Ralph Bahuer y una urna para donativos. La entrada son 9 euros y después de salir del museo puedo decir que los vale. Otra sorpresa, Guardarropía y tienda retro. El guardarropía se agradece cuando vas enchaquetado con tanto frío. Va incluido con la entrada.
Lo primero que hice fue entrada en la tienda. No es muy grande, pero si muy completa. Disponían de buena lectura y merchandaising diverso. Había libros muy buenos de gran calidad. 



Cuando Salí de la tienda entre en estado catatónico. No sabía que ver primero y decidí adentrarme en una zona de exposición interactiva donde podías jugar. El primer ordenador que divise… Mi querido Amiga 500 seguido de un Atari XL800. (jugué un poco a los dos)


Acto seguido avanzando por los pasillos descubrí la zona de exposición. Esta era cubicular. En cada cubículo existía un modelo a exponer, juego o cualquier tema. Todo estaba expuesto de una manera muy racional y ordenada. Ahí me empezó a llamar gratamente la atención un tema. El museo no estaba encarado a consolas, microordenadores, recreativas etc. Estaba encarado a la retro computación en si misma. Todas las máquinas y épocas por igual. Se exponía todo. ¡Desde una aceleradora Voodo Fx a un ordenador que cargaba el Basic desde un vinilo! Si lo dicho. Ni tarjetas perforadas, ni casetes desde un disco de vinilo.


También entre los cubículos había incrustados monitores y disponías delante de un joystick. Si apretabas el botón el monitor te daba la explicación pertinente sobre un tema. Tenían un muro de honor o de la fama con visitantes ilustres al museo. Desde Steve Wozniak a Hideo Kojima. En la sala de Exposición hay un Apple II con su firma de puño y letra. También otras ilustres personalidades.








Otra zona muy interesante era la sala de recreativas. Estas estaban expuestas en un verdadero salón recreativo y podías interactuar con ellas. Jugabas y a la vez disfrutabas del entorno de un salón recreativo con todo el jaleo de musiquitas y sonidos que conlleva. Algunas máquinas estaban restauradas pero otras no. Jugué a Space invander en la máquina original. (Fue la primera que jugué de pequeño) y la sensación no tiene nombre. Sinceramente no me acordaba del buen acabado de estas máquinas. Tenían un lujo de detalles increíbles.

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Por cierto había una recreativa de  Pong original expuesta. Fabricada en Santa Clara (California) y esa no lo tocabas. Barandilla de seguridad. Me encanto. Fue de lo primerito en recreativas de bares y salones ¡Otra agradable sorpresa fue ver una Atari 2600 con un joystick icónico y gigante!



Al final del museo al fondo fue toda una sorpresa lo que me encontré. Una zona contextualizando escenarios entorno a diferentes épocas y máquinas. El nivel de detalle era increíble. Recreaban los 70, 80, 90. La zona escenográfica era realmente divertida. Daba mucho juego para realizar fotografías divertidas y para sentir in situ la sensación de retroceder en el tiempo no solo con la máquina de turno sino también a su época y todo lo que la rodeaba. Las películas, tecnología en general como teléfonos, televisores, equipos de música, decoración etc.








Más adelante aluciné con una máquina de la Europa del este que me: electrocuto, quemo y arreo latigazos en la mano. Era motivante jugar con ella. Te esforzabas por ganar. La máquina se encargaba de motivarte… Mayores de 18 años y sin problemas cardíacos. 



También había una máquina creo que soviética o por lo menos del este y era realmente curiosa. La Polipony. Más que los juegos (era multijuego) lo que me llamo la atención realmente fue su sistema constructivo. Tosco pero efectivo. Muy del este muy soviético. Por así decirlo si tengo que escribir en el espacio bajo ingravidez: los astronautas tendrán un súper bolígrafo anti gravedad digital. Los cosmonautas cogen un lápiz con una mina de alta calidad y listos. Tosco pero efectivo. Mismo uso con mucho menos dinero. Así era la máquina. La botonera era muy industrial. Realmente los botones eran de maquinaria industrial no de videojuegos. Eran típicos de elevadoras o grúas, pero dispara ¿no? pues adelante a matar marcianos. El mueble era muy artesano. Tosco y desproporcionado con un diseño poco cuidado pero efectivo.



Ahora el Ayuntamiento de Madrid también abrirá en breve un museo del videojuego en los bajos de la zona Azca junto al Paseo de la Castellana. La financiación será público-privada. Me alegro por este tipo de iniciativas. Berlín en todo un ejemplo, Madrid lo hará y a ver qué pasa con Barcelona. A día de hoy es raro que este tipo de museos no proliferen más en las grandes capitales. La retroinformatica es parte de la historia y deberían proliferar con fondo público como proliferan otro tipo de museos. En Barcelona parece ser que este tipo de menesteres no los consideran aún cultura e historia…

Compartida esta experiencia con vosotros espero que os halla agradado. Ya sabéis si pasáis por Berlín y os gusta el retro o en general la computación este museo es de visita obligada. Por cierto, a la persona que acompañaba le encanto el museo, se lo paso genial y tan siquiera era un tema de su interés y acabo interesándose. ¡Imaginaros si vale la pena visitarlo!

http://www.computerspielemuseum.de/










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